jueves, 23 de abril de 2009

No es fácil ver a un hombre desdichado por no haberse detenido a pensar qué ocurre en el alma de otro. Pero quienes no siguen con atención los movimientos de su propia alma, fuerza es que sean desdichados.

Marco Aurelio, « Meditaciones » - Libro II - 8

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